Salí a buscarlo y caminé en todos los corredores colapsados por ese eterno manto negro.

Ése que por alguna razón permanecía día y noche, sin abandonar mis largos muros.

Corrí asustada, sentí la compañia de algo que se encontraba allí ,

pero no podía distinguir de quien eran esos pasos que caminaban detrás mio.

Me vistió la esperanza de creer que eran tuyos, pero no eran más que alucinaciones.

Grité tu nombre en un intento de sentirte cerca. Nadie respondió.

En esa perpetua oscuridad, me sentí desbordada de melancolía y soledad.

Ciega, sin poder ver nada, nada más que las lagrimas que no lograban desaparecer de mis ojos. Era como si la luz nunca más pudiera surgir de algun lado.

Me senté a contemplar lo que era irreparable, lo que jamás se aproximaría.

Ese regreso que tanto esperaba,esos pasos detrás de los mios .